Estamos en 1898. Hace ocho años, el malvado conde Drácula viajó a Londres para extender su maldición vampírica, pero fue derrotado por un pequeño grupo de personas temerosas de Dios que logran frustrar sus planes y derrotarlo casi a las puertas del Castillo Drácula. O al menos eso pensaron… En La furia de Drácula, un jugador adopta el papel del conde mientras se mueve en secreto por Europa, creando vampiros y tendiendo trampas a sus perseguidores. Los rivales de Drácula son los cazadores que deben descubrir la ubicación de su enemigo y destruirlo antes de que sus siervos no muertos dominen la noche.