Cómo empezar una partida de ajedrez. Algunos consejos y recomendaciones

Para muchos principiantes, empezar una partida de ajedrez puede ser algo tremendamente sencillo, o inmensamente complicado, según si mueven la primera pieza que se les pasa por la cabeza o si no saben algunas nociones básica y muy conocidas en el mundo del ajedrez.

Existen miles de manuales, libros de ajedrez  y “recetas” donde se explica cómo comenzar una partida de ajedrez sin quedarte completamente perdido en pocas jugadas. No obstante, explicaré de forma concisa las principales reglas que hay que seguir cuando nos sentamos frente al tablero:

  1. Lo primero que hay que intentar en conseguir controlar el centro.

    Quién controle el centro tendrá más espacio para que sus piezas puedan maniobrar mejor y puedan realizar planes de ataque. La mejor forma de controlar el centro es colocar en él el mayor número de peones posibles. Por eso las jugadas recomendadas para los principiantes suelen ser d4 y, sobre todo, e4, ya que, además de controlar las casillas centrales del tablero, se abre paso a los alfiles y a la dama, y se consigue así un desarrollo de piezas más rápido.

  2. Lo siguiente que hay que conseguir es enrocarnos cuanto antes.

    Se recomienda estar enrocado antes de la octava jugada. Para ello, lógicamente, hay que desarrollar las piezas menores (caballos y alfiles) empezando por las del flanco por donde nos queremos enrocar. El orden recomendado es primero los caballos y luego los alfiles. Con el enroque conseguimos poner a nuestro a rey a cubierto y traernos la torre al centro, donde tendrá más columnas abiertas y por lo tanto mayor actividad.

  3. Para empezar una partida de ajedrez, es muy importante no mover demasiados peones.

    Sobre todo los que serán los que protejan al rey una vez enrocado. Con mover 2 o 3 centrales, siempre que podamos, para poder desarrollar nuestras piezas y controlar el centro, es suficiente.

  4. También es muy importante no mover la misma pieza dos veces o más sin un motivo.

    Si lo hacemos perdemos tiempo en sacar el resto de piezas.

  5. Los alfiles, y sobre todo los caballos, están mal colocados en los bordes del tablero, ya que controlan menos casillas.

    Hay que intentar colocarlos lo más centrados posibles. Los caballos, desde las casillas f3 y f6, defienden muy bien los enroques cortos, ya que controlan la casilla débil h2 y h7 respectivamente.

  6. Las piezas tienen que estar “cómodas”, es decir, no deben de estar “chocando” con nuestras propias piezas o peones ni detrás de ellos, pues su radio de acción disminuirá notablemente.

    Así, los alfiles estarán mejor colocados en diagonales largas y despejadas, las torres en columnas que no tengan peones nuestros, y los caballos en casillas centrales donde no puedan ser expulsados fácilmente.

  7. La dama y las torres son las últimas piezas en entrar en acción.

    Es muy importante no precipitarse en sacar la dama demasiado pronto, ya que nuestro rival utilizará su posición expuesta para ir atacándola mientras completa su desarrollo, pudiendo llegar a cazarla.

  8. Hay que evitar también dar jaques innecesarios.

    Con ellos lo único que conseguimos es ayudar a nuestro rival a que desarrolle más peones y/o piezas.

  9. Tampoco tenemos que lanzarnos al ataque sin haber completado el desarrollo de todas las piezas y sin que estemos enrocado.

    Incluso en ocasiones hay que evitar capturas de peones gratuitos que retrasen nuestro desarrollo y nuestro enroque.

  10. Y por último. Es muy importante recordar que estas “reglas” son relativas y flexibles.

    No hay que seguirlas siempre. En determinadas posiciones será necesario incumplirlas para evitar quedarnos en una posición inferior o perdida. También para conseguir algún tipo de ventaja que nos lleve hacia la victoria.